Serie ZENCILLEZ, Lección 2/100
“Lástima, no tengo tiempo”, es la respuesta usual de muchísimas personas cuando se les recomiendan acciones que van encaminadas a su bienestar, por ejemplo, cuando se trata de insertar dentro de su rutina, la práctica de la meditación.
“Lástima, no tengo tiempo, estoy muy ocupado con mi rutina de despertar, levantarme, salir a trabajar, llegar al trabajo, almorzar, continuar trabajando, regresar a casa, comer, ver algo de TV y acostarme a dormir. Yéndome bien, sólo tengo tiempo para tomarme un tinto en las mañanas”, es el argumento que bien podría exponer alguien que se encuentre atrapado en este círculo vicioso.
Si analizamos juiciosamente la situación -y al contrario de lo que pudiera parecer- no existe abundancia de actividades sino una silenciosa y terrible escasez que termina por generar el caos de la desesperanza.
Todos los círculos viciosos se arraigan de tal manera en el corazón humano que, se vuelven adictivos, y como adicción propiamente reconocida, representan un problema para la salud. Por eso, la escasez de tiempo debe comenzar a romperse con esos 10 o 15 minutos que se necesitan para detenerse del ritmo frenético que nos hemos autoimpuesto. (Ver publicación anterior AQUÍ)
La mejor estrategia es el despertarse 10 o 15 minutos antes de lo usual, estirarnos, respirar conscientemente, levantarnos y como ya habíamos dicho antes: “intenta sacar de la mente todos esos pensamientos que terminan por generar depresión y ansiedad. Y trata de no pensar en nada, pero si no lo logras háblale al Viento, al Universo, a Dios, de cualquier cosa diferente: de la belleza de la naturaleza o de cualquier cosa que te resulte agradable,” inclusive puedes sentarte o pararte frente a una ventana y contemplar los cambios que te presenta la naturaleza a medida que va amaneciendo, escuchando las “voces” de fondo del cantar de las aves que te saludan a ti y a la llegada del nuevo día.
Las mañanas representan el mejor aliado para comenzar a meditar, para recuperarnos como soberanos de nuestras vidas y de nuestro ser. Cuadra tu reloj despertador o la alarma de tu celular para ganarle 10 o 15 minutos a la escasez y recuperar la esperanza.
Referencias:
(1) Imagen usada en esta publicación: "Secuencia del Amanecer" de Estar Bien.
(2) Textos de la Serie Zencillez, de Estar Bien, escritos por Álvaro Posse, inspirados en el libro: Zen, Simple Seikatsu No Susume de Shunmyo Masuno.
(3) Temprano yo te buscaré, tema recomendado de Marcos Witt: AQUÍ
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